El parto es una intensa experiencia donde todo el ser se abre para dar paso a la vida.
Nace un/a bebé, una madre, un padre, una hermana, un abuelo… también mueren cosas que dejan de ser… termina el periodo de gestación, terminan ciertas dinámicas familiares o de pareja, ciertas prioridades, intereses…
Nace un/a bebé y la vida cambia. Y eso pide entrega y apertura, y requiere intimidad, calor, sentirse segura y amada. El parto es una experiencia intensa, breve y clave en nuestra vida sexual, y el postparto es el momento de digerirla entre pañales y canciones de cuna.
Aquí encontrarás servicios de acompañamiento al Parto y de cierre-integración de la vivencia durante el postparto.
El primer parto que acompañé fue de una gran amiga, en unas condiciones muy particulares. Todavía no tenía ningún conocimiento sobre el tema, pero la sensación al estar a su lado fue familiar, cómoda, intuitiva… con una especial combinación entre la confianza plena y la conciencia atenta. Esas son las principales herramientas que llevo a un parto.
Pare una mujer, nace un/a bebé. Son dos cuerpos y dos experiencias en una misma escena. Creo que el arte de acompañar es saber leer el proceso que se está viviendo de forma integral, respetarlo sin juicio, y estar disponible ante las necesidades que surjan, tanto en la madre, el/la bebé, como en su entorno y en “la escena” del parto.
Este servicio de acompañamiento al Parto se adapta a las circunstancias, deseos y necesidades de cada caso, e incluye una visita postparto durante los primeros días, y una visita pre-parto para conocernos, aunque lo ideal es hacer un proceso de acompañamiento durante la gestación.
En Perú aprendí el arte de la Waltas’ka, un rito de cierre de la experiencia de parto en el que se usan plantas que devuelven el calor al cuerpo y se hace un masaje, un emplaste y un baño para que mente, cuerpo y espíritu vayan aterrizando lo vivido.
La cultura tradicional demuestra una sabiduría excepcional respecto a las necesidades humanas que surgen en esos tránsitos vitales. El tiempo de parto y postparto son seguramente los momentos de más fuerza y de más vulnerabilidad en la vida de las mujeres que deciden ser madres.
Ese cuerpo necesita descanso y cuidados para ir reponiéndose. Este rito de cierre que ofrezco, que es una adaptación de la Waltas’ka tradicional, tiene esa intención: darle un respiro, un reconocimiento y unos mimos al cuerpo en postparto y a la experiencia del parto vivida.
No todos los partos son como deseamos, pero absolutamente todos son un portal, un punto evolutivo en el camino de cada mujer.
El ser humano está “diseñado” para generar una impronta en el momento de su nacimiento, y también en el cuerpo de la madre que lo está pariendo. La experiencia de parto es un recuerdo que impregna a nuestro ser, seamos o no conscientes de ello. Es memoria celular, una huella que puede emocionar o que puede doler.
En este taller podremos compartir y abrazar nuestras experiencias en un ambiente de confianza, pudiendo elaborar y resignificar la vivencia para darle un lugar más constructivo en nuestra senda vital.
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